Hija de Juan duque de
Láncaster y de la princesa Constanza de Castilla, hija
del decapitado
Pedro I y su esposa Maria de Padilla, la princesa
Catalina nació en 1373, en la ciudad de Bayona, donde sus padres se
habían refugiado
tras el regicidio de
Montiel (1369).
A los
catorce años casó en Palencia (1388) con el infante Enrique de
Trastámara,
luego
rey de Castilla como
Enrique III el Doliente
. Con
este matrimonio se ponía
fin a la guerra civil
entre los Trastásmaras castellanos y los descendientes del ajusticiado
Pedro I de Castilla (TRATADO DE BAYONA, 1387). Ambos príncipes
recibieron el
título
honorífico de "Príncipes
de Asturias", título
que desde entonces han utilizado
todos los
herederos de la Corona castellana. De esta unión nacieron tres hijos:
María (1401), Catalina
(1402) y Juan II de Castilla (1405).
Durante el reinado de su
esposo, Catalina de Lancaster no tuvo ningún tipo de participación
política, aunque a su
alrededor giraron todo tipo de favoritismos. La prematura muerte de
Enrique III,
a los 27 años, la convirtió en corregente del reino
junto con su cuñado el infante
Fernando de Trastámara, luego
REY
DE LA CORONA DE ARAGÓN (CASPE,
1412).
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