540 AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE

El 15 de mayo del 2001, el profesor Conrado Rodríguez Martín, Director del Instituto Canario de Bioantropología, se unió al equipo para llevar a cabo el estudio de la supuesta momia de don Carlos de Navarra y Aragón, príncipe de Viana y conde de Nemours, devuelto al monasterio el verano de 1935, y depositado también en el interior del panteón de los Cardona-Segorbe, donde ha permanecido en el anonimato durante 60 años, hasta que un hecho totalmente fortuito, sucedido en 1994, en la segoviana iglesia de Santa Mª de Nieva, lo rescató del silencio por volver a ser noticia de actualidad  Heraldo.pdf .

             

 

                               

Efectivamente, las anomalías detectadas por los hermanos Lorente, profesores encargados de hacerle el ADN para poder identificar a su madre la reina Blanca I de Navarra, se confirmaron en este estudio, al comprobar que se trataba de una momia recompuesta a partir de varios sujetos, concretamente tres, dos de los cuales (M1 y M2), podrían pertenecer a un mismo individuo, un varón (tras realizar función discriminante para húmero, derecho), de unos 40 años de edad, aproximadamente, que tiene una fractura post-mortem en la región facial, que le falta el antebrazo y la mano derechos, y lleva en el lóbulo de la oreja derecha un arete de hilo de oro.

                

Mientras que el tercer segmento (M3), consiste en los miembros inferiores (pelvis incluida) de otro varón distinto. A través de la visualización del pubis, se pudo diagnosticar que se trataba de un adulto, con una edad comprendida entre los 40 y 45 años.

                

 

Dado su pésimo estado de conservación a causa de los hongos, una vez finalizado el estudio, se procedió a su tratamiento para eliminar la infección. Concluido éste, los segmentos, ya separados, fueron depositados en diferentes  urnas, siendo devuelto al panteón de alabastro de los Cardona-Segorbe, en la capilla de El Santísimo o de las Reliquias.

 

                      

Como los segmentos M1 y M2 corresponden a un sujeto adulto de 40 años, y por documentación fidedigna sabíamos que don Carlos de Viana murió a los 40 años, 3 meses y 26 días, siendo trasladado a Poblet por orden de su padre,  una vez terminada la guerra civil catalana y firmados ya los Pactos de Vilafranca (1472), sabiendo que se le había amputado un brazo en 1541  para convertirlo en una reliquia, perdida luego, durante la quema de conventos de la Semana Trágica de Barcelona, el equipo decidió proseguir el estudio para conseguir su identificación.